El modelo IFS (Internal Family Systems) es una poderosa herramienta terapéutica desarrollada por el psicoterapeuta estadounidense Richard C. Schwartz en los años 80. Este enfoque parte de una premisa esencial: en nuestro mundo interior conviven múltiples partes o subpersonalidades, cada una con su función, historia y necesidades, y todas ellas guiadas (cuando no están heridas) por un centro de sabiduría interna: el Self.
Este modelo IFS ha supuesto una revolución en la forma de entender el funcionamiento interno del ser humano. Al contrario de enfoques que buscan eliminar síntomas o “arreglar” al individuo, el IFS propone escuchar, comprender y sanar internamente desde una mirada compasiva y no patologizante.
Richard Schwartz y el origen del modelo IFS
Richard Schwartz comenzó a desarrollar el modelo IFS tras años de trabajar con pacientes que, al hablar de sus conflictos internos, usaban un lenguaje fragmentado: “una parte de mí quiere esto, pero otra parte tiene miedo”. Este lenguaje llevó a Schwartz a observar que dentro de cada persona hay un sistema interno complejo, compuesto por distintas partes que interactúan entre sí.
En lugar de considerar estas partes como signos de trastorno, Schwartz propuso escucharlas, comprender su intención positiva y permitir que se relacionen con el Self, esa instancia interna sabia, compasiva, calmada y con capacidad natural de liderazgo.
Las 8 cualidades del Self
El modelo IFS sostiene que todas las personas tienen acceso a un Self que, cuando lidera nuestro sistema interno, aporta equilibrio y sanación. El Self se reconoce por sus 8 “C”:
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Compasión
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Curiosidad
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Calma
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Claridad
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Confianza
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Coraje
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Conexión
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Creatividad
Estas cualidades no se desarrollan: ya están presentes en todos nosotros. El trabajo terapéutico en IFS consiste en despejar el camino para que el Self pueda liderar y las partes heridas puedan ser escuchadas y liberadas de sus roles extremos.
El modelo IFS en España: Pilar de la Torre e Imma Lloret
Aunque nació en EE. UU., su llegada a España ha sido impulsada especialmente por dos figuras clave: Pilar de la Torre e Imma Lloret. Ambas han sido pioneras en la divulgación, formación y práctica del modelo IFS en nuestro país, adaptándolo al contexto cultural y profesional de habla hispana.
Gracias a su labor, cada vez más terapeutas están incorporando el modelo IFS a su práctica clínica, reconociendo su potencia en el trabajo con trauma, conflictos internos, patrones repetitivos y relaciones difíciles.
Un modelo que honra la complejidad humana
Uno de los grandes aportes del modelo IFS es su mirada respetuosa y profunda hacia el mundo interno. Lejos de etiquetar o diagnosticar, este modelo honra la complejidad de nuestra psique, permitiendo que cada parte —incluso las más reactivas o destructivas— sea escuchada y acogida.
Desde una perspectiva informada en trauma, el modelo IFS se ha consolidado como una vía efectiva y respetuosa de sanación, tanto en sesiones individuales como en procesos grupales o formaciones de crecimiento personal.
Conclusión
El modelo IFS no solo es una herramienta terapéutica: es una forma de comprendernos, de relacionarnos con lo que nos duele, y de liderar nuestra vida desde un lugar más consciente, amoroso y compasivo. Si estás buscando una vía de transformación interior, el IFS puede ofrecerte un mapa claro y profundamente humano.