¿Por qué a veces nos cuesta tanto poner límites? ¿Por qué en ciertas relaciones nos sentimos pequeños, ansiosos o desconectados? Comprender lo que nos pasa en el vínculo con los demás es clave para sentirnos más seguros, más libres y más conectados. Y en este camino, comprender nuestras relaciones desde el apego y los Sistemas Motivacionales Interpersonales (SMI) de Giovanni Liotti son brújulas valiosísimas.
Liotti, psiquiatra y psicoterapeuta italiano, propuso que nuestra mente está guiada por distintos sistemas motivacionales que se activan automáticamente según el contexto relacional. Estos sistemas tienen que ver con necesidades básicas como el apego, el cuidado, la afiliación o la competición (o rango). Y aunque son universales, nuestra historia de apego —es decir, cómo fueron nuestros vínculos tempranos— influye mucho en cómo los vivimos y regulamos.
Por ejemplo, si creciste con figuras cuidadoras impredecibles o emocionalmente ausentes, es posible que el sistema de apego (que nos lleva a buscar protección y cercanía) se active de forma ansiosa: tal vez te cueste confiar, necesites una constante validación, o te sientas fácilmente herido si no te responden como esperas. En cambio, si el apego fue evitativo, quizás te resulte difícil pedir ayuda o mostrar vulnerabilidad, aunque por dentro estés deseando ser visto.
En la vida diaria esto se traduce en situaciones muy concretas: sentir ansiedad cuando no te contestan un mensaje, evitar hablar de lo que te duele por miedo a parecer débil, esforzarte en complacer a los demás aunque te estés agotando, o sentirte en lucha constante en entornos laborales competitivos.
Aquí es donde el trabajo de Chiara Piroddi cobra un gran valor. Psicóloga italiana experta en neurociencias y en los SMI, Chiara ha contribuido a hacer accesibles estas ideas con un enfoque claro, cercano y práctico. A través de sus formaciones y publicaciones, nos invita a reconocer qué sistema motivacional se está activando en cada momento y cómo podemos autorregularnos desde la conciencia y la compasión.
En el ámbito profesional, por ejemplo, muchas personas viven en un sistema de rango o competición activado de forma constante: todo es una lucha por el reconocimiento, el estatus, o el miedo a quedar por debajo. Esto genera estrés crónico, burnout y relaciones laborales marcadas por la desconfianza o el aislamiento. Poder identificar este patrón, conectar con nuestras necesidades de seguridad y pertenencia, y recuperar el acceso a otros sistemas como el de cooperación o el de cuidado, puede cambiar por completo nuestra forma de trabajar y de relacionarnos.
Al final, comprender nuestras relaciones desde el apego y los sistemas motivacionales no es una teoría más: es una vía para sanar. Porque solo podemos transformar lo que entendemos. Y en ese proceso, dejar de juzgarnos por cómo reaccionamos y empezar a tratarnos con la ternura que nos faltó.
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